DEJAR QUE SIGA SOÑANDO

DEJAR QUE SIGA SOÑANDO Sediento calmé la sed, poderoso siendo pobre, mis pesares eran dichas y mis espinas las flores. Feliz era con mis penas, siendo triste divertido, mis lloros eran sonrisas que regaban un paraíso. Donde sin razón justicia, por envidia caridad, lo deforme, era perfecto ; todo lo vil, dignidad. Los avaros desprendidos, pródigos los usureros, los poderosos humildes ; desconsolados contentos. El hambre sombra ignorada, por castigo la piedad, y por cadenas de acero, banderas de libertad. el mundo de la ternura, por guerra, paz y el amor, y por castigo severo las virtudes del perdón. Todo lo hermoso imperaba, toda fatiga un aliento el odio, era cariño, y la amargura consuelo. Carente quedé de todo, pobre fue mi despertar, que retornaba al infierno cuando dejé de soñar. ¡ Dejadme seguir durmiendo, dejadme seguir soñando. . . con las delicias del cielo¡ .oOo. -Manuel Cornejo Gonzzález-

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